El sacerdote católico Castor José Álvarez Devesa, conocido por su firme postura contra el régimen cubano, no teme hablar abiertamente sobre la situación actual de Cuba y las dificultades que enfrentan los cubanos en su lucha diaria por sobrevivir.
En una entrevista exclusiva para Martí Noticias el religioso, que llegó recientemente a Miami, reveló las tensiones y contradicciones que marcan la vida en la isla.
La realidad cubana: Entre el pueblo y el Estado
Para el Padre Castor, la realidad cubana se vive en dos frentes: el pueblo, que sobrevive a un sistema opresivo, y el Estado, que intenta aferrarse a un modelo caduco y fracasado.
El sacerdote destacó que el gobierno cubano continúa buscando su sostén en aliados como Rusia, sin reconocer el colapso de un sistema que ni siquiera los más poderosos en el mundo, como los rusos y los chinos, logran sostener.
"El pueblo cubano está atrapado en un sistema político que no solo no les da oportunidades, sino que también les niega el derecho a vivir de forma digna", señaló.
En medio de la crisis, el pueblo ha recurrido al mercado paralelo, el cuentapropismo y las pequeñas empresas para subsistir. Sin embargo, el Padre Castor enfatiza que la clave no radica solo en la capacidad individual de lucha, sino en la necesidad de un sistema de leyes y un marco político que permita el avance de la nación en paz y libertad.
Desafíos del testimonio en un régimen totalitario
La vida del Padre Castor no ha estado exenta de desafíos. Al ser un firme defensor de la verdad y la justicia, ha sido víctima de la represión del régimen cubano.
En su relato, el sacerdote recordó su encarcelamiento y las represalias que sufrió, incluidas medidas cautelares como la prohibición de salir del país.
"A veces no es la vida la que corre peligro, pero las difamaciones y la destrucción de tu reputación son también formas de represión", expresó.
La Fe como motor de cambio
Cuando se le preguntó sobre cómo ser cristiano en Cuba sin denunciar la realidad del régimen, el Padre Castor subrayó que el cristiano tiene una misión profética.
"Desde su bautismo, está llamado a hablar la verdad de Cristo, que siempre se enfrenta a realidades contrarias al Evangelio. En un país donde la libertad religiosa ha sido restringida por décadas, este testimonio se convierte en un acto de resistencia", dijo.
“Es natural que un cristiano se vea impulsado a hablar del Evangelio, especialmente en un contexto de injusticia tan generalizada como el que vivimos”, afirmó.
La juventud cubana y el desafío del futuro
Con respecto a la juventud cubana, el Padre Castor señaló que los jóvenes son conscientes de los desafíos del país, pero también están buscando caminos para salir adelante, como lo demuestra el fenómeno del éxodo. Muchos, destacó, están involucrados en pequeños negocios y buscando oportunidades fuera del control estatal.
"La juventud hoy está muy conectada al mundo, pero muchas veces olvidan lo esencial: el proyecto de vida, el amor, la familia", explicó el sacerdote.
El Padre Castor cree que el Evangelio tiene un papel importante en la formación de un futuro sólido para los jóvenes cubanos. Su mensaje es claro: "La esperanza cristiana nos invita a no rendirnos. A pesar de la oscuridad, Dios no nos ha abandonado. Debemos perseverar en el bien."
Llamado a la acción y la reconciliación
Para él, "Cuba está viva. Debemos mantener la unidad en el amor y el bien. Ustedes, que están afuera, tienen un papel muy importante para resucitar nuestra sociedad. Todo lo bueno que vean afuera, tráiganlo a Cuba, y todo lo que no sea bueno, no lo traigan", dijo con esperanza.
"No puede haber paz sin libertad, sin verdad, sin caridad. El perdón es esencial, pero todos debemos estar dispuestos a cambiar para construir una nueva sociedad, basada en la justicia y la verdad", concluyó.
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